domingo, septiembre 16

Red Wine [ Capítulo 5 ]

Título: Red Wine (Vino Rojo)
Capítulo: V
Autor: Vejibra Momiji
Fandom: Original (Vampiros & Hombres Lobos)
Reseña: Algunas veces, la más pura de las rosas, poseen demasiadas espinas.


Capítulo V ~ Desert Rose



This desert rose
Each of her veils, a secret promise
This desert flower
No sweet perfume ever tortured me more than this
( Desert Rose - Sting )


Giraba sus manos, formando siluetas de aves, mientras el viento movía inquietamente su cabello castaño, y el sol brillaba con intensidad sobre su cabeza, calentando así, cada rincón de su pálida piel. No obstante, la imagen frente a sus ojos, pronto desapareció, perdiendo todo encanto para ser consumido por la oscuridad que la rodeaba.

En ese momento abrió los ojos con lentitud para escuchar en la distancia los sonidos incipientes de la nada. Suspirando, entrecerro la mirada tratando de conciliar el sueño, pero le fue imposible. Aunque, durante siglos se le habían negado muchos placeres en aquella vida y en la que tuvo alguna vez en el pasado, había uno en particular que nadie le podía arrebatar. 

Ella aún podía soñar, incluso cuando muchos de su misma especie y todos aquellos que habitan entre las cuatro paredes del penthouse, le reiteraron repetidas veces que ellos no estaban hechos para soñar en su triste y efímera existencia, porque toda oscuridad no puede, de ninguna manera, alcanzar los deseos que poseen criaturas tan simples como los humanos.

Sin embargo, en contra de toda predicción y casualidad del destino, Aubrey aún puede soñar, y ella sueña con el día y el amanecer en un lejano desierto, un lugar donde casi ha olvidado todos los detalles del día como que clase de color tienen los primeros rayos del sol reflejados en su pálida piel, cuál es la sensación que siente en su sangre a través de su piel cuando el sol caliente su cuerpo, entregándole una sensación plena a vida.

Es en sus sueños que suele imaginar que puede ser libre, aunque la realidad se confunda con la locura, y pronto las tinieblas destruyan la imagen cognoscitiva que su mente ha formulado, porque en esos sueños ella conocía una vez más todo lo perdido, y que al despertar, como todas las noches, la muerte, recibe su cuerpo con una grata, y muy extraña sensación a soledad haciendo que entienda entonces que ya no le queda nada. 

Dando un largo suspiro, da vueltas en la cama antes de mover su cuerpo de ella y levantarse, estirando los brazos hacia arriba en un intento falso por relajar su cuerpo, mientras la inclemente sed pronto clama su interior, y el corazón que no palpita en su pecho llora a gritos por el alimento más preciado de un vampiro; la sangre de una tierna virgen, un niño, una mujer e inclusive un hombre. Pronto el color carmesí tiñe sus ojos siempre castaños demostrando su inquietante necesidad de vida. 

Caminando con paso lento como si fuera un zombie, se sienta en la peinadora que decora en un rincón de la fría habitación. Un escalofríos, extraordinario, recorre su cuerpo y la obliga a abrazarse, tratando de contener la risa ante aquella actitud casi humana. En el espejo que refleja su imagen pálida, puede ver que usa un largo camisón de dormir, color crema que le llega hasta las rodillas y no posee manga alguna. 

Sus expresiones están quietas, e incluso genera una extraña pero agradable sensación pacífica, tal vez, esa era la razón por la cuál nadie podía resistirse a ella y a sus temidos encantos cuando atacaba y se alimentaba de sus ingenuas víctimas, cada noche en la que deseaba alimentarse. Tranquilamente recorre con la vista toda la habitación color gris mientras una extraña pregunta crece como un frondoso árbol en sus pensamientos; "¿Por qué siempre deseo dormir?".

En sus largos letargos, más de los usuales en un vampiro, ella vive en el sol, tal y como lo recordaba siglos atrás, en el desierto... cálido, burdo, vivo. Una imagen que va desapareciendo con el tiempo, con los siglos, pronto ya no quedaría nada de sus recuerdos, más que la dura realidad de que nunca podría volver a reencontrarse a si misma con el sol. 



Tomando con tranquilidad un cepillo para cabello de la cómoda, peina su cabello oscuro mientras analiza rodo lo que la atormenta sobre  aquel muchacho de la noche anterior, que con su miedo había atraído a la bestia que dormía bajo su rostro angelical y su figura delicada. Sonriendo se levanta y camina descalza hacia la puerta Sus pies pálidos y lentos, como si no tuviera nada más a lo cuál entregarse. 



Está aburrida, y se siente deseosa de jugar.



Talvez no con otra vida humana, como siempre lo hacía, sino con él, el muchacho de la noche anterior, en sus memorias se impregnaba el aroma a deseo que se profería del cuerpo masculino, entremezclado del miedo, y otro aroma más singular, el de la luna.



Con desgano se sienta frente al espejo y peina su cabello mientras su mente divaga entre las imágenes del joven y de los días lejanos en las que solía contemplar las estepas del desierto, lejos de toda su... oscuridad, evitando que note como  las puertas de su habitación se abren con lentitud y aquel que durante siglos se había hecho llamar "su esposo" coloca un cuerpo inconsciente en el piso.



—Bebé, amor mío —susurra acomodando su camisa, mientras la joven se desangra en el piso. Con paso lento se levanta de su asiento y lo mira, curiosa de tan inesperado regalo.



—¿Qué deseas en esta ocasión? —pregunta con cautela mientras se acerca al cuerpo, la sangre que se derrama en su piso mancha sus delicados pies, se siente cálida aún, porque aún puede escuchar el sonido casi ausente de los latidos del corazón —esta muriendo.



—Por eso dije "bebé" —su amante camina hacia ella y le acaricia el rostro, levantando su cabello a su hombro mientras le señala con una mano el fruto aún fresco— no podemos beber sangre muerta... y aún está viva.



Lo mira largo rato y se arrodilla en el piso. Tomando la muñeca de la muchacha semi muerta, bebe de ella con lentitud, como si se tratará de un manjar ansiado y deseado. Bebe hasta saciarse mientras la vida de la joven se consume y pasa a ser parte de su cuerpo frío e inmortal. Siente la vida, por unos segundos, el sol que cae sobre su espalda, y entonces respira. 



Sus ojos cambian pronto de color, a un leve tono castaño, mientras se mira en el espejo, la sangre ahora mancha su boca, sus manos, y la ropa que usa, mientras a su lado, su esposo acaricia su cabello. Entonces una idea le cruza la mente con crueldad.Quiere ver al joven, quiere... beber de su sangre y se siente intrigada por ese mismo hecho. 



Se levanta del suelo se acerca al espejo, sin inmutarse en limpiar la sangre de ella. Se mira y vuelve a peinar su cabello, mientras Dominic se recuesta en la cama y mira sus uñas, su presencia la perturba e incluso la molesta, más allá de las viejas y casi olvidadas noches de placer que alguna vez compartieron, ahora se siente aturdida de él.



—¿Por qué? —pregunta mientras sin mirarlo directamente, tan solo observando por medio del reflejo en el espejo— ¿Por qué me eligieron? —Dominique la mira, intrigado y se levanta de su sitio, colocando una mano en su hombro y mirando su imagen a través del espejo.



—Eres especial.



—¿Eso que significa?



—Te gusta matar.



Ambos se miran porque entienden y entonces sujeta su mano con delicadeza, acercándolo hacia sus labios. Él gime de placer al sentir como ella perfora sus venas secas con los largos colmillos y bebe de su sangre, el placer es mutuo no obstante existe odio en el. Sin que lo espere Aubrey lo muerde con más fuerza y bebe de él hasta que el placer se convierte en dolor. Molesto retira su mano, y la abofetea alejándose a recoger el cuerpo inerte en el suelo.



—¡Algunas veces, eres una maldita! —le gritó, y ella ríe porque sabe que es así.



—Es tu culpa después de todo.



La abandona como todos siempre la han dejado sola, y se acerca a la ventana en un arranque de desesperación, las cortinas caen al suelo cuando las jala con fuerza, y una luz intensa la ilumina con intensidad, tan fuerte, tan gloriosa que la transporta nuevamente al pasado, aquel donde era feliz. 



Cierra los ojos y extiende los brazos, pero la luz no la desvanece, tan solo se encuentra aturdida por el continuo repiquete ruidoso. Abre los ojos y observa al helicóptero policial alejarse en medio de los grandes edificios de la ciudad. Estrechando su mano, frunce el ceño, y coloca una mano en el vidrio, la ciudad brilla... pero no como que desearía que lo hiciera.



Alejándose del lugar, se acerca hacia su armario, y toma, entre sus manos una sola chaqueta negra. Regresa a la ventana y la abre, el viento sopla con fuerza, moviendo su cabello alrededor de su rostro, sin esperarlo, salta al vacío. Desea cazar, y en el fondo de su mente, tiene la esperanza de que vuelva a encontrar a aquel muchacho.



Está segura de que lo va a encontrar. 








Continúa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas Gracias por leer nuestra historia! ¿Te gusto el capítulo? ¿Tienes algún comentario sobre la historia? ¡Nos encantaría tener tus reviews! :D

Noticias


Apreciamos de todo corazón, sus comentarios y opiniones sobre nuestras historias ♥