lunes, mayo 28

Red Wine [Capítulo 4]

Titulo: Red Wine (Vino Rojo)
Capítulo: IV
Autor: Vejibra Momiji
Fandom: Original
Reseña: Los secretos que guardamos, como esqueletos en el closet, perseguirán a los hijos de nuestros hijos hasta el fin del universo.

Capítulo IV ~ Monster

Ser los últimos de su familia, sobre todo el lider de una raza casi extinta, era ante todo, un peso con el cuál no podía cargar. Tomando un asiento respiro profundamente, listo para aclarar las dudas de su sobrino o al menos tratar de calmarlo. Aunque en el fondo aún no comprendía del todo porque la vampira no había asesinado a Sean, como era... normal.

Después de explicarle básicamente lo primero, espero que la respiración de Sean se calmará y él pudiera, continuar. Hubo un largo silencio, sabía que el muchacho estaba procesando cada detalle de lo que él había dicho, y entonces, preguntó.

—¿Acaben con nosotros? —podía escuchar los pasos nerviosos del chico, de un lado para otro, y moviendo su bastón lo golpeo en el piso de madera, provocando un estruendoso eco para que el chico se calmará.

—Toma asiento —le ordenó Dante, mientras estiraba su mano en busca de los cigarillos cubanos que solía fumar en ocasiones donde la conversación se iba a tornar... confusa. Cuando escucho que se sentaba, encendió su cigarrillo y le dio una larga bocanada y rió—. Escucha con mucha atención...

—¡Pero..!

—¡Escucha! —Dante se quedo pensativo largo rato, en las sombras de su oscuridad trato de remontarse a su infancia cuando quedaron huérfanos, su hermano mayor, el padre de Sean y él. Los únicos de su línea familiar, y fue en ese entonces que  había quedado ciego... volviendo a la realidad suspiro—. Tu sabes que somos una familia adinerada, aunque tu padre se empeño en hacer una vida normal, incluso al conocer a tu madre... hay veces que simplemente no puedes ignorar tu linaje.

El silencio se hizo turbio en ese momento.

—Ya te lo dije, lo que somos es un don —fumo un poco —, lo que eres es un don, para proteger a la raza humana de los seres de la noche... usualmente podemos transformarnos a nuestra voluntad, pero es algo que debes controlar, con la primera luna llena que se acerca... con forma humana eres más débil que ellos —suspiró largamente —, nosotros somos únicos, o al menos... ahora, somos los últimos— nuevamente quedo en silencio, y tomo el silencio de Sean como un acierto a las circunstancias—. Tres noches atrás, antes de que llegarás de Francia... sucedió algo..

—¿Qué?

—Dije que no me interrumpieras —Dante recalcó —. Una familia igual a nosotros, del clan del lobo blanco, los últimos de su especie... fueron asesinados —recordó largo rato la noche en que la familia había sido descubierta—, desde que mis padres murieron, tu padre se aseguró que jamás nos encontrarán, cambió nuestros apellidos, se hizo de otro nombre... conoció a una bella jovencita humana, tu madre, y se caso con ella para después viajar... por el mundo y luego tuvo que morir, dejando a mi cargo un mocoso que no tenía la menor idea de lo que era, y dejo está familia cuando pudo para nuevamente volver...

Sonrió levemente, porque Sean estaba furioso, podía notarlo en su respiración, aunque no le dijo nada, lo que lo sorprendió bastante.

—Nosotros somos el clan del lobo rojo, nuestro deber es... proteger a los humanos, y volver a restaurarnos. Sin más clanes que existan al momento, es tu deber, como mi sobrino... continuar con nuestro linaje, junto con la única lobo puro de nuestra familia.

—¿¡Juliet!? —grito exasperado Sean —. ¡Es mi prima lejana!.. Es familia...

—Lo sé, y no lo veo poco adecuado —fumo largamente y paso una mano por su frente —. Le mentí a Juliet, diciéndole que ella provenía del clan de los lobos blancos... no es verdad, ella es... es mía— rió un poco y suspiro —, pero su madre si era parte del otro clan, lo que hace de Juliet... "única". Ha pasado generaciones desde el último lobo que nace de dos lobos... como ella, y quiero que tu Sean, comprendas, la terrible situación en la que nos encontramos.

—¡No lo entiendo! —respiro agitadamente —. ¡Juliet es mi prima!... !Es incesto!

—No lo és — hubo un largo silencio —, y ella te necesita. —con dificultad se levanto de su lugar y tomo el basto que lo ayudaba a ubicarse por la sala —. Aún no me explico porque aquella... criatura no acabó contigo, pero tengo dos cosas muy claras Sean... — se sentó en su escritorio y golpeo una silla, sacando a relucir una serie de armas de antaño y salidas de novelas de vampiros detrás de su cabeza —. Es una guerra, y somos los últimos que quedamos. Debemos pelear, luchar y sobrevivir. Es tiempo que afrontes la realidad de la que llevas huyendo casi toda tu vida.

Hubo un largo silencio, y Dante sonrió con ego.

—Es tiempo de luchar, y te guste o no, esa es la razón por la que regresaste a casa —golpeo nuevamente su bastón contra la mesa, provocando que el arma escondida en el apareciera —, y es la misma razón por la que ella se acercó a tí.




Continúa.

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