Capítulo: 3. Tentaciones.
Autor: Sabrina Knight/Vejibra Momiji
Fandom: Original
Reseña: La tentación de un beso, la tentación de una caricia. La verdadera tentación es la de volver a sentir.
Capítulo III §Tentaciones§
La invito a pasar. La miraba con atención, como si la estudiara y analizara cada detalle de su figura y de sus emociones
- No es luz verdadera - aclaró señalando las cortinas negras que se encontraban cubriendo cada ventana. La luz del día podía ser mortal si no se cuidaban y aun asi en días como aquellos donde no habia sol, prefería simplemente iluminarse en su apartamento. -¿Que es lo que deseas? -susurró con una sonrisa, aunque realmente no era sincero en su pregunta, pues el mismo la había atraido a su hogar.
Ireri volteó riendose de la ironia.
- Yo no quiero nada, no tengo la necesidad, soy una muerta viviente - lo señaló - como tú. - La chica dejó su bolsa a un lado y se sentó en uno de los divanes. - Me intriga lo que tú quieres. ¿Por qué me envíaste esa tarjeta? Él no se sentó, sólo se le quedó mirando. - Por favor, dime. ¿Qué es lo que tú quieres de mi?
Hubo un largo silencio entre los dos, silencio apacible, típico de ellos, tan natural que él sólo se limitó a curvar sus labios en una media sonrisa, mostrando un poco sus colmillos
- Curiosidad - susurro. El azul de sus ojos azules se intensifico. - ¿Nunca has sentido curiosidad? - se acercó a ella y la miró intensamente. - Estamos muertos y siempre estamos solos ¿Nunca te has preguntado qué hay más allá de todo esto?
- Todo el tiempo... - dijo tratando de no dejarse llevar por la mirada del hombre frente a ella - Pero no he hayado una respuesta.
Ireri se hizo para atras y caminó a la cocina del hombre. Se acercó a la barra y miró el cenicero con varias colillas, copas de vino vacias y botellas arrumbadas en una esquina. Volteó y él ya estaba ahí, detras de ella.
- Yo dejé de buscar una respuesta.
Habia un silencio mas profundo en sus palabras tan nitidas como el agua tan claras como el invierno - Si es asi... ¿entonces por qué no buscas una nueva.?
Ethan la miró un largo momento mientras sus manos se dirigian a la curvatura de su cintura, y sonreía una vez más. Parecía que tenía en mente demasiadas cosas, pero a la vez no se atrevió a declarar nada. No obstante se alejó, y fue a buscar una botella de vino, y la abrió.
-Siempre he pensado ¿Por qué buscar respuesta a una pregunta que no tiene sentido? - tomo una copa de vino y deposito el suave líquido rojo en ella, entregándosela lentamente -¿Que tal si... iniciamos una nueva?.
Por un momento ella se quiso dejar llevar, el toque, frío pero firme de esas manos, de esa mirada.
- ¿Un nuevo sentido? - dijo cuando reaccionó, Ethan se servía su copa de vino y apenas subió su mirada - ¿Tú qué has encontrado para querer perder?
Se sorprendió a su pregunta, pese a que no tenia la menor idea de porque estaba actuando de esa forma, que quería el realmente con esa situación, con esa seducción que ejercia y que durante siglos habia evitado. Su naturaleza de vampiro le llamaba y le atraia, era viejo, podía sentirlo, ella era joven y aun mantenia la melancolia de todo vampiro joven... y aun asi, solo miro sus ojos, y se sintio intrigado.
Tras pensarlo, sonrio, y bebio de su copa lentamente.
- En la vida...- murmuro intrigante- no tenemos nada que perder. ¿Por qué no ganar o perder una "vida"?
Ella sonrió al escuchar el comentario.
- Todo el tiempo - se acercó a él - cuando nos alimentamos, terminamos una vida, pero la de nosotros es un martirio sin fin. - Se inclinó hasta llegar a la barra donde él se encontraba - ¿Qué es lo que quieres de mi? - Él la miró y esbozó una sonrisa.
- ¿Quieres más vino? - preguntó
- Te lo agradecería. - Ireri siguió mirando la casa. Era grande, espaciosa y... a su olfato llegó el olor de carne, sangre. - creo que... - señaló la puerta - tienes visitas...
La miro dudando, y fue hacia la puerta, no obstante no encontro a nadie. La miró largo rato y suspiro:
- Tal vez solo fue tu imaginación - aunque el aroma estaba en el aire. Se intrigo por varios minutos y se acerco a ella - La sangre sólo es un elemento esencial, pretender que estamos vivos es la respuesta. - sonrió y tomo el vino. No tenia sabor ni olor en sus labios muertos, pero era suficiente.
Se quedaron mirandose el uno al otro largos segundos que parecieron eternos, hasta que el se atrevio a hablar:
- ¿Qué buscas tú? - murmuro levemente - cuando te vi el otro día parecía que buscabas algo.. aunque en realidad podia ser que yo te buscara a ti.
El olor continuaba a pesar de que Etha no encontrara nada. Decidió ignorar el hecho.
- Salud entonces - chocó su copa con la de él - parece ser que la busqueda rinció frutos. - pasó el vino por sus labios humedeciendolos - ¿Sabes cuantos de nuestra clase conozco? - Ethan lo negó - contigo tres. El que me hizo, tú y yo...
Miró la copa de cristal, aspiró el olor a sangre que aun se sentía en el rumbo y tomó el vino pensando que era sangre.
- La soledad ha sido muy larga.
La miro un momento y con su permiso, acaricio su mejilla
- Tal vez, demasiado larga - miró sus labios y se alejo, pues tenía una confusión en la mente que no debía tener en cuenta. En ese momento. Entonces tomo su mano entre sus dedos y la llevo a sus labios, como el caballero que era, el que había vivido mucho tiempo - y en todo caso. ¿Te paresco interesante?
Era curioso cómo ese olor que aun persivía la estaba embriagando, como si el vino tuviera efecto sobre ella. Notó le gesto y ella se dejó llevar.
- Me pareces interesante, misterioso... - se mordió un labio al mismo tiempo que dejó la copa a un lado y se acercó a él. - un especimen tan extraño que por eso mismo estoy aquí.
Tocó su mejilla con las yemas de los dedos, su piel era porcelana pura, suave. Se acercó cada vez más a él. Ese olor que tenía, del que estaba impregnado.
- ¿Qué sorpresas tienes...?
Se inclino un poco hacia ella, sus ojos azules brillando con fuerza e intensidad, como si la naturaleza misma de su creación asi lo hubiera diseñado, un momento etereo para ambos que durante mucho tiempo habían buscando algo más en su soledad inmediata, entonces deslizo un dedo sobre sus labios y suspiro en su aroma. Estaba a punto de cometer una locura, cuando una voz habló del interior de su habitación.
-¡Ethan! - grito la vocita de una niña de entre sus 14 años. Ethan soltó a Ireri y el aroma, asi como el dulce encanto desaparecio. La muchacho la miró incredula, y un poco avergonzado, no obstante reaccionó inmediatamente -¿Quién es esta?
Ireri se hizo para atrás y miró con los ojos bien abiertos a la chica que estaba ahí. Miró a Ethan y de pronto se tapó la nariz como si la chica apestara.
- Hice una pregunta - insitió - ¿Quién es esta?
- Es... una amiga.
- Sí, eso soy. Una amiga que llegó en el momento menos adecuado.
Chloe miró inquisitivamente a la mujer mientras la inspeccionaba. Ireri no pudo más y fue por su bolsa.
- Creo que mejor yo me voy...
Ethan sostuvo la muñeca de Ireri
- Quédate - y miró a la pequeña detras de ellos - Ve a tu casa - la niña tomó una manzana y entonces frunció el ceño.
- Es como tú. No necesito sentirme desprotegida. Es... como tu - molesta y algo ignorada la chica le lanzó un pan a Ethan, a lo que el vampiro bufo un poco molesto, pero sin soltar a su visita.
-¡Ve a casa Chloe! - la niña subió los hombros y miró a la vampiresa.
-Que tiene de buenas las vam... - con un rapido movimiento, Ethan sostuvo a la pequeña de la boca y la llevó con el hacia la habitación, encerrandola ahí. Cuando miro en dirección hacia su cocina, Ireri habia desaparecido, así que tomando su chaqueta la siguio rapidamente, tenia que alcanzarla.
Ireri cruzó la puerta y comenzó a respirar tan fuerte como pudo para quitarse el olor de esa niña.
¿Pero qué hacía esa niña ahi? ¿Acaso era una clase de diversión para ese vampiro? Ireri dio una fuerte patada a la pared. Se sentía tonta y debil. Siempre podía controlarse, pero ese olor la embriagó e hizo que el apetito apareciera y...
- Espera... - Ethan la tomó de la muñeca. Estaba tan distraida reclamandose que no se había dado cuenta de la presencia de él.
- ¿Qué quieres que espere? ¿Qué era lo que pretendías con una niña ahí? ¿Qué acaso es tu provisión de alimento?
La miro asustado.
-¿Qué? –se agitó un poco y miro a Ireri a los ojos -No. Chloe no es mi alimento...- pero la vampiresa no aceptó su respuesta y trato de alejarse de él. Así que le sostuvo de la muñeca y para que no los vieran la llevo a un callejon oscuro. - Cuido de ella, viene a visitarme. No me alimento de ella.
Ireri se trató de soltar pero la fuerza de Ethan era mayor que la de ella.
- Muy bien, perfecto ¿Pero sabes a lo que expones a una chica así? Peor, sabiendo bien qué eres tu y qué soy yo.
Ella se soltó.
- ¿Qué es lo que quieres de una niña así? ¿Cómo puedes cuidarla y no...? De verdad, Ethan, ¿Qué es lo que quieres de mi?
Ella hablaba rapido, agitada, asustada de lo que esa niña había despertado en ella. Le asustaba lo que ella misma podía hacer.
- No le pasará nada - murmuró y era una historia larga, muy larga - cuido de ella, y la protegeré de ti, si es necesario. - habia seriedad en sus facciones - porque se lo debo. - Sin que ninguno se diera cuenta, la noche comenzó a irse, la oscuridad, y las sombras y el pasado. Ethan acarició su rostro - no lo sé... no sé que quiero de ti.
Ireri se quedó un largo rato callada, analizandolo, el olor se había ido, se revolvía con el de la ciudad. Lo miró severa y se quedó pensativa. ¿Quién lo iba a decir? Ella ya no se había encontrado en una situación así desde hacía siglos.
- ¿Qué le puedes deber a una niña? Su vida no ha sido muy larga como la de alguien como nosotros.
Sonrió. Era una historia que ahora ella no podía saber
- Sólo se lo debo -murmuro, y no se referia a la niña sino a quiénes estaban detrás de ella, siglos y siglos de sangre, de familia, de pecados y horrores. - ¡ Quédate! -murmuro levemente en su oido - no prometo nada... solo.. un inicio.
La mujer había tardado siglos en encontrar alguien como ella, sabía que no podía darse el lujo de abandonar las cosas por que si. En realidad no necesitaba explicaciones por más que quisiera exigirlas. Se encogió de hombros.
- Yo tampoco te puedo prometer nada. No estoy acostumbarada a algo así.
Ethan torció sus labios en forma de sonrisa e Ireri lo imitó.
- Pero los inicios... - se acercó a él - son un buen comienzo.
De nuevo él, esa provocación y ese aroma.
Sonrio un poco y se atrevio a besarla, no en la boca, sino en la palma de sus manos, deslizando sus labios por entre sus dedos. Se alejó de ella y murmuro, casi con una voz misteriosa, cautivadora y electrizante.
- Nos veremos pronto - Tenia ideas en su mente. Ideas extrañas de un mundo mejor, le gustaba aquella vampiresa, pero lo que intentaba hacer era borrar su pasado y por ahora su pasado no lo podia dejar.
Ireri lo miró un instante tratando de no dejarse llevar por esa corriente eléctrica que había prendido su piel. ¿Podría evitar simplemente no dejarse llevar? El ruido de algunas aves madrugadoras comenzó a hacerse presente.
- Es mejor que me vaya.
- Esa no es una respuesta.
- Nunca hubo pregunta. - ella sonrió y apretó su mano con la de él. - Necesito marcharme. - Él asintió y ella se encaminó a su automóvil. De pronto se giró - ¿Te puedo pedir un favor? La próxima vez que nos veamos no traigas a ninguna niña desamparada. No me gusta comer adolescentes.
Se rio un poco, levemente, curvando la comisura de sus labios en algo similar a una mueca. Movio la cabeza afirmando, no necesariamente tenía que decir "si". Ella entró a su automóvil y se fue alejando tan rápido como podía sin dejar de ver el espejo retrovisor hasta perderlo de vista. A pesar de todo estaba extrañamente contenta, como si con una varita mágica alguien le hubiera dibujado en el rostro una sonrisa.
Ireri suspiró fuertemente, sabía que apenas, para la gente normal empezaba el nuevo día y probablemente para ella el día seguiría siendo eterno. Aunque inexplicablemente en su cabeza le llegó de lleno la idea.
- Es un nuevo día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas Gracias por leer nuestra historia! ¿Te gusto el capítulo? ¿Tienes algún comentario sobre la historia? ¡Nos encantaría tener tus reviews! :D